Las adicciones afectan de manera diversa a la persona que padece esta situación, pero también a su entorno más cercano, su familia. Los seres queridos de un adicto también sufren momentos que acaban provocando tristeza, miedo, incertidumbre, culpa, vergüenza, enfado,... y que los arrastran a vivir de manera desajustada en cuanto son conscientes del problema con las drogas de su familiar.
Así, no solamente la persona adicta necesita ayuda, su familia también necesita un apoyo y un reforzamiento de sus habilidades. Necesita nutrirse de herramientas para afrontar estos momentos que tantos desequilibrios crea en la convivencia familiar.
La familia debe convertirse en un apoyo esencial, pero al mismo tiempo, debe aprender nuevas maneras de funcionar para que esta situación mejore de la manera más eficaz posible.
Primero, los familiares no deben perder una actitud productiva, esto significa que deben saber en todo momento que pueden actuar para encaminarse a la mejora. Son momentos difíciles, pero es esencial mantenerse en un estado activo.
Al mismo tiempo, se deben poner límites. Tener una postura firme frente a la adicción sin permitir el mínimo quiebro en este camino bien claro. Demostrándole a la persona que se es inflexible en este tema, pero que siempre tendrá el apoyo de la familia.
Hay que dejar de lado la culpa y la vergüenza. No se debe posibilitar el abuso ocultando o mintiendo para no dañar a la persona adicta. De esta manera no ayudamos, estamos empeorando la situación. Se debe salir del aislamiento social en el que cae la familia y buscar apoyo.
Esta búsqueda puede empezar por encontrar ayuda profesional, para que de esta manera, se ayude a la familia a ser capaz de manejar estas situaciones. La ayuda psicológica a la familia puede ser una herramienta eficaz para aportar alternativas de actuación.
La posibilidad de participar en grupos de apoyo mutuo entre familias que pasan por la misma situación es un gran avance. Ayudará a los familiares a poder hablar de su situación con personas que entenderán de primera mano sus problemas. Este tipo de grupos están dirigidos por profesionales que aportan consejos desde el punto de vista profesional.
La familia debe ser un puntal para la persona adicta, pero para ser ese puntal, en ocasiones, debe recurrir a ayuda externa para salir del aislamiento y comprender que su situación puede mejorar.
Juanjo Sala Soler
Psicólogo de ACOMAAD
Contacto directo: acomaadpsicologia@gmail.com